Después de las fiestas navideñas, tenemos una excelente oportunidad de enseñar a los más pequeños, el desapego de todos aquellos artículos que han acumulado a lo largo del año, pero que en esta temporada se multiplican con la llegada de Santa Claus y los Reyes Magos; principalmente juguetes, aunque también ropa y libros, entre otros.
Para nadie es sencillo deshacerse de los objetos que ama, se trata de una decisión difícil, incluso para un adulto.
En el caso de los niños más pequeños, puede resultar un verdadero trauma, ya que, en la primera etapa de su vida, ven algunos objetos como parte de su ser.
La especialista en tanatología y cuidados paliativos, Sara Hernández Cortés señaló que es importante empezar a ensañar el desapego desde los cinco años, cuando nuestros hijos empiezan a registrar recuerdos.
La psicóloga del Instituto de la Mujer del Ayuntamiento de Atizapán, señaló que muchas veces los adultos, al intentar evitarles del dolor, reemplazan muy rápido aquellos objetos, juguetes e incluso mascotas que los pequeños pierden; sin tomar en cuenta, que no aprenden una lección fundamental: despedirse de aquello que aman, porque nada es de su propiedad, ni para siempre.
“Es importante enseñarles a desprenderse, si se les perdió un juguete, permitirles llorar, que expresen sus sentimientos, que vivan la pérdida, enseñándoles que todo tiene un final”.
La maestra en tanatología señaló que cuando se minimizan los sentimientos de los niños, al decirles, “no llores, solo era un juguete, no les permitimos experimentar la pérdida”.
Sara Hernández destacó que en estas fechas, en que los niños reciben muchos juguetes, es el momento de enseñar el valor de compartir algunas de sus pertenencias y llevar felicidad a niños de bajos recursos, a través de donativos.
“Es importante explicarles que el amor que ellos le tienen a un juguete, es el mismo le van a transmitir al niño necesitado, quien también lo cuidará”.
“Hay que enseñar al niño, cómo puede ayudar a otros a sentirse mejor, a través de un regalo, pero también de un abrazo”.
Sin embargo, la especialista, destacó que debe ser una decisión del niño que va a donar, no se le tiene que obligar.
Para lograrlo, es necesario enseñarles a soltar previamente, cuando pierden un juguete, mascota o en el caso de un objeto que ya no sirve.
La psicóloga señaló que los niños que no aprendieron el despego; cuando son adultos mantienen un sentido de pertenencia, no solo de objetos, sino también de otras personas, lo que puede generar importantes problemas emocionales.
Destacó la importancia de que los adultos no llenen de regalos materiales a los niños, sino de obsequiarles tiempo y experiencias, como un paseo por el parque (cuando existan las condiciones), un picnic en el patio, jugar videojuegos; es decir que se involucren en las actividades que les gustan.
“No solo materializar el afecto, sino regalar buenos momentos, que es algo muy valioso que se queda en la memoria del niño. Son recuerdos, los que sí nos pertenecen, los juguetes, mascotas y personas, no”.